Rafael Rodríguez Nieto
En este artículo se analiza la premisa de que, aunque la inteligencia artificial (IA) ha sido promovida como una herramienta revolucionaria en la educación, su capacidad para transformar significativamente el proceso de aprendizaje es limitada. La investigación reflexiona sobre cómo la IA ha sido integrada en entornos educativos y cuáles son los desafíos que enfrenta en términos de efectividad y accesibilidad.
Se discuten los factores que limitan su impacto, como la falta de personalización real en las herramientas actuales, los sesgos inherentes en los algoritmos y la brecha tecnológica que aún persiste en diversas regiones del mundo. Además, se presenta un análisis de estudios previos que muestran resultados mixtos sobre la efectividad de la IA en mejorar el rendimiento estudiantil.
A pesar de estas limitaciones, el autor concluye que la IA tiene potencial para complementar los métodos educativos tradicionales, siempre y cuando se utilice de manera ética y con un enfoque en la inclusión y la equidad.
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