Alberto Isaac Pierdant Rodríguez, Jesús Rodríguez Franco, Nelly Molina Frechero
Therborn (2013; 1) afirma que, “la desigualdad es la violación de la dignidad humana,
es negarle a cualquier ser humano la capacidad para desarrollarse. Esta acción toma
diferentes formas y tiene diferentes efectos: muerte prematura, enfermedades,
humillación, sumisión, discriminación, exclusión del conocimiento y de la vida social
imperante, (…), y la exclusión de las oportunidades que se presentan en la vida.” Esta
exclusión del conocimiento y de las oportunidades que se presentan en la vida son
debidas a una gran variedad de factores o variables “focales” , como indica Sen (2010),
entre otras, las requeridas para un aprendizaje significativo que emplea como
infraestructura tecnológica un hardware (computadoras y dispositivos -cámara web
y micrófono-), un software (sistemas de gestión del aprendizaje -Moodle, Blackboard,
Canvas o ENVIA 3.0-, aplicaciones de colaboración y comunicación - Microsoft Teams,
Zoom, Google Workspace, entre otros-), bibliotecas digitales y repositorios y una
conectividad y redes (Internet 4G o 5G, red privada virtual (VPN)) mínimos. Esta
infraestructura tecnológica mínima, parece ser la requerida hoy por todo estudiante
universitario para realizar sus actividades académicas diarias de aprendizaje, por ello,
este trabajo analiza la creciente desigualdad observada en la vida universitaria de una
comunidad en una universidad pública en México, en donde el acceso a estas
variables de infraestructura tecnológica no es universal. Este rezago tecnológico
acentúa la exclusión del conocimiento científico, incrementando la desigualdad social
y la exclusión de las oportunidades para obtener mediante la educación mejores
niveles de vida.
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